SANIDAD

Ya he testificado antes, de como Dios ha estado sanando mi cuerpo. ¡Hoy tengo mas buenas noticias! Quizá recuerdes que he tenido muchos problemas con mi vejiga, no podía vaciar. No pienses que no tenga pudor, o que me gusten los chismes. La razón que cuento estas cosas, es porque mi vida es un milagro y Dios me ha hecho un libro abierto y un testimonio de sus obras. A muchos les puede ayudar leer mis testimonios. ¡Para la gloria De Dios!

El urólogo, al fin encontró que en realidad tenia dos problemas en mis órganos urinarios. La vejiga es débil y no vacía correctamente, segundo, la uretra esta caída y provoca que no pueda contener la orina si toso o estornudo. Eso presentaba un dilema: Si arregla la uretra, esto empeora el problema de la vejiga. Entonces me dijo el doctor que tenia que hacer una decisión. Si me arreglaban la uretra, la única manera de vaciar la vejiga, seria usando catéter cada vez que necesitara ir al baño. Cuando trataron de enseñarme a hacerlo yo misma, descubrieron que la fisonomía mía, no se presta para eso. La siguiente opción seria poner un catéter permanente por el abdomen. Decidí esperan y conversar con mi Padre. Mientras tanto el Urólogo me dio unas pastillas amarillas que dijo me podrían ayudar a vaciar un poco mejor. Me dijo que tenían dos desagradables efectos secundarios: nausea, y exceso sudor. ¡Ay! ¡Que opciones! Salí de allí con mi receta para esa medicina y la tome por casi año y medio. Dios me hizo sentir que debería esperar y eso fue lo que hice.

Muy pronto me di cuenta que la comida me sabia amarga, a veces se me revolvía el estomago de asco. También comencé a sudar por cualquier razón. Una mujer en menopausia me puede comprender. ¡Pero la medicina lo hizo mucho peor! La única razón que seguí tomando las pastillas fue que si ayudaban y eso valía la pena. Cuando me comencé a cansar de los ascos y el sudor, las deje de tomar unos días; luego vi que mi vejiga volvió a tener muchos problemas. Hice esto dos veces sin resultado, entonces las seguí tomando. Dios me seguía indicando que esperara. Otro medicamento que me dieron fue un anillo vaginal que contiene hormonas. El urólogo me dijo firmemente que NO dejara de usarlo. El anillo es carísimo, y tengo que reemplazarlo cada 90 días.

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Hace como un año o un poquito mas, fuimos a visitar a mi sobrino y en su iglesia hicieron una oración especial por los enfermos, yo no acostumbro pararme y pedir por mi misma, pero ese día Dios me indico que lo hiciera. Me había estado diciendo «espera» ahora me dijo «levántate» Me levanté de mi asiento y me puse de pie. Mi sobrino, su familia y sus conocidos vinieron y pusieron sus manos sobre mi y oraron por mi salud. No sentí nada, pero me dio gozo compartir con todos mis hermanos en ese día. ¡Recibí mi salud y lo creí! Eso fue todo. Regresamos a casa y seguimos nuestra vida normalmente. Unos seis meses después, decidí dejar las pastillas otra vez. Esta vez no noté la diferencia entre tomarlas o no tomarlas, ¡Mi vejiga estaba fuerte y vaciando correctamente! ¡Gloria a Dios! La comida volvió a saber sabrosa, el sudor se redujo a algo mas normal, (para una mujer en menopausia).

Mi Padre me ha estado enseñando cuando es tiempo de dejar cada medicina de las que he estado tomando por ya cinco años. De repente, un día hace mas o menos un mes, me dio una infección de candidasis. Cuando comencé a usar el anillo vaginal, vi en los papeles que traía que uno de los efectos secundarios que puede ocurrir, es precisamente esto. Le pregunte a mi Padre que estaba pasando en mi cuerpo. Llame a mi doctor y me dio las medicinas necesarias para matar la infección y me dijo que me sacara el anillo. Que podía ponérmelo de nuevo cuando pasara la infección. Cuando escuche la voz de mi Padre diciéndome: «Es tiempo» comprendí claramente lo que me estaba tratando de decir. ¡Es tiempo de dejar el anillo! ¿En verdad Papá? ¡Si! Me dijo :Es tiempo».

¡Desde entonces ya no uso el anillo y mi vejiga esta mejor que nunca! ¡No puedo explicarte que tan aliviada estoy! Era un constante necesitar ir al baño y nunca sentir alivio. Ahora todo eso ha cambiado. ¡Dios es bueno!

¡GLORIA A DIOS! ¡ME HAS SANADO! ¡GRACIAS PADRE MIO!

¡GLORIFICA A DIOS CONMIGO! ¡REGOCIJATE EN SUS MARAVILLAS!

DIOS ES MARAVILLOSO Y LLENO DE MISERICORDIA! ¡SUS OBRAS SON MARAVILLOSAS!

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2 comentarios

  1. Me alegro contigo en tu sanidad!!! Gracias a Papa por su bondad!

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