DE PURA GRACIA

¿Como te sientes cuando alguien te lastima? ¿Cuando aun tu familia te ignora o no te festeja esos días importantes que a todos se les celebran? A mi me ha pasado ya varias veces y duele mucho. No voy a decir que fechas o quienes han sido porque no quiero echar a nadie de cabeza; este articulo y esta columna no se tratan de eso. Estoy tratando de permitirle a Dios enseñarme a través de todo lo que me pasa en la vida, incluyendo estas cosas que pueden ser muy delicadas. ¡Es precisamente en estas cosas que se prueba de que estoy hecha! No es nada fácil porque a mi me encanta que me celebren, que me festejen, que me den regalitos, etc. ¿A quien no? Yo soy muy detallista con los que amo, especialmente con mi familia. Pero si mi relación con Dios, mi Padre, no afecta como reacciono a ser ignorada u olvidada en mis celebraciones, de que me sirve ser «cristiana». Es en cosas como estas, (y muchas mas), que la transformación que Dios hace en mi, se hace evidente, o se niega.

He llorado y me he sentido triste, trato de recordar los buenos tiempos y se me pasa después de unos días. Claro que le puedo abrir la puerta al enemigo y dejarle llevarme al pasado, a la depresión, a la soledad y dejarme arrastrar por ese rió sin salida. Donde me decía: ¿Ves? ¡No vales nada!¡Si no fueras tan poca cosa no te pasaría esto! ¡No mereces nada! Pero fíjate muy bien lo que acabo de decir: ¡Puedo! Esto implica que hay de que  escoger, ¿Permito que eso suceda? O permito que Dios me de su consuelo, que sea el quien me de el valor que necesito. Que sea El y nadie mas con quien de veras cuento. Es una tontería poner mi fe y mis esperanzas en ninguna persona, ¡Porque me van a fallar! ¿Porque no me aman? ¡No! ¡Porque todavía son humanos! ¡Porque si son hijos de Dios, también están siendo transformados igual que yo! Si es que se lo permiten a su Padre, y allí si es cosa de cada quien, pero NO es ni mi problema, ni mi responsabilidad. Ya no baso mi valor en lo que nadie diga o piense de mi. Ya estoy en el aprendizaje de tampoco esperar que me festejen, aun mi familia. Si lo hacen, bienvenido, si no, estoy bien, porque mi Padre si me festeja ¡TODOS LOS DÍAS! ¡A EL NO SE LE OLVIDA NADA! ¡CADA MAÑANA Y CADA TARDE ME HACE REGALOS! ¡ME CONSUELA Y ME ANIMA! Lo que ahora, y bendito sea mi Padre, estoy al fin realizando, es que así debo de vivir en todo tiempo.

Los caminos de Dios son maravillosos, porque al estar dispuesta a dejar estos «dolores» a El, han pasado las cosas mas inesperadas que cambian las cosas, ¡Las vidas! ¡Provocan milagros!

Precisamente esta semana pasada, Dios permitió que una persona en mi vida, tuviera una dura perdida. Si hubiera estado todavía guardando resentimiento contra ella, hasta pudiera haberme alegrado de tal ocurrencia. Sin embargo, lo primero que me paso, fue sentir compasión y misericordia por ella. Corrí a su lado a consolarla, a ver que podía yo hacer por ella. No entro en detalles por su privacidad. Pero creo que se quedo pasmada. ¿Como hizo esto por mi después de lo que yo le hice? Esto es pura y solamente la obra de Dios en una hija que le esta permitiendo transformarle. ¡No es que Estrella sea buena! ¡Es que Dios es bueno en mi! ¡Le estoy permitiendo vivir Su vida en mi! ¡Eso es todo! Eso es lo que me permite, me impulsa a servir a otros; aun a aquellos que me hieren.

Nunca te des por vencido de la gente que amas, de tus hijos, de tu familia. Dios les ama igualito que te ama a ti. La paciencia que el ha tenido para contigo, es la misma que les tiene a ellos. ¡El nunca se da por vencido de ti! ¿No te parece maravilloso? ¡LO ES!

PERMITE QUE TU VIDA SEA LA EVIDENCIA DE DIOS PARA OTROS. ESE ES EL FRUTO QUE DIOS DESEA.